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jueves, 22 de julio de 2010

Insomnio (parte 1)

hola! como llevo tanto tiempo sin postear decidi colocar esta mini-historia que comense a escribir, como dice el titulo, en una noche de insomnio. espero que les guste.

***

Mantuve mi mirada fija en el techo hasta que todo se desenfoco y se volvió negro, no sabía cuántas horas llevaba haciendo lo mismo, pero ya había intentado todo, contar ovejas, tararear una canción de cuna, cambiar de posición en la cama, recitar todos los presidentes de los E.E.U.U (créanme, todos) y mil técnicas más. Y…




Nada.



No podía dormir, esta vez era peor que los demás días, volví mi cabeza hacia el reloj digital. Las 3:33 am.



- Genial! - pensé – llego la hora de las pesadillas!



Pero claro, en ese momento no sabía que en verdad vendrían las pesadillas.



Cerré los ojos un momento y bostece, me voltee hacia el otro lado de la cama matrimonial en la que dormía (siempre había usado el lado izquierdo, jamás podía dormir en el medio o del otro lado) y cuando abrí los ojos tuve que reprimir un grito que pugnaba por salir de mi garganta. La figura que estaba a mi lado sonrió y sus diente pulcros lanzaron un destello en la oscuridad.



- Adelante, grita. Nadie te escuchara - una mano tibia acaricio mi mejilla que estaba expuesta al frio del aire. Yo me estremecí - me gustaría oír como gritas, apuesto a que tienes ganas de hacerlo.



Vaya que si tenía ganas, abrí mi boca y deje que un sollozo escapara mientras cerraba fuertemente los ojos. No incordiaría a mi madre otra vez con alucinaciones producidas por la falta de más de un tornillo en mi cabeza, había aprendido a superarlas, a eliminarlas, por más extrañas o realistas que fueran, yo no sucumbiría otra vez. Una risa profunda y delicada golpeo mi cara, la sensación de una mano tibia seguía en mi mejilla.



- No te molestes con esos pensamientos, chiquilla yo soy real.



- No eres real - susurre muy bajo - no me puedes dominar, eres solo un producto de mi imaginación, y ahora te digo que te vayas.







- Escúchame mocosa - la mano se separo de mi mejilla, luego agarro mi mandíbula, apretando fuertemente, al igual que la espesura de sus palabras, expulsadas con furia - yo soy tan real como la mano que te aprieta la mandíbula, soy tan real como esto - me beso fieramente en la boca que mantenía abierta con su mano, dejándome en un estado de pánico y shock - soy tan real como todo eso - me soltó y desapareció, una sombra se movió en la esquina de mi visión y yo me voltee, el estaba en la punta de la cama, de mi lado, exhalo un largo suspiro y dijo mas para sí que para mí - no sé porque me tomo tantas molestias.



- Yo tampoco se porque lo haces - dije ya irritada y frotándome la mandibula dolorida «me dejara una gran mallugadura para mañana» pensé preocupada. Una risa aun mas relajada y con humor me distrajo. Me volvi hacia Mi Intruso que me miraba con una sonrisa extraña.





- Vaya que hay que ver que si eres especial, vístete, tienes una cita con Magnus.



- Magnus? Quien es Magnus? - sin embargo, una parte muy pequeña de mi mente reacciono y tembló ante ese nombre, algo no iba bien, esta no era como las otras alucinaciones

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